Ni más, ni menos. Me encanta, cruda, frita, asada, pochada,
encurtida, me da igual. En todas sus formas y colores. Cebolla, así arrancan
todos mis platos favoritos. Y si le añadimos un poco de ajo y Ron (este me
gusta más en su versión cubata). Ya es la bomba.
INGREDIENTES
2 solomillos de cerdo.
4 cebollas grandes.
3 dientes de ajo.
20 gr de aove.
Un vaso de Ron.
El mismo de vino blanco.
El mismo de agua.
Sal y pimienta.
Huevo, harina y aceite para freír.
Al lio
Comenzamos con lo más tiempo lleva,
la cebolla. La picamos en juliana un poco de sal para que sude y la ponemos a
confitar con el aove a fuego medio.
Mientras tanto vamos
cortando el solomillo en medallones no muy gruesos. Salpimentamos, rebozamos y
los freímos con el aceite bien caliente para que no se hagan demasiado por
dentro.
La cebolla ira cogiendo el color característico. Cuando ya estén
algunos trozos demasiado oscuros subimos un poco el fuego y añadimos los ajos
picaditos.
Un par de minutos después ponemos el
ron, dejamos que reduzca.
Una vez que reduzca, ponemos el vino
banco y lo mismo.
Y por último el agua. Ahora depende
de los gustos de cada uno. Yo en este caso lo he pasado con la batidora. Pero lo
puedes dejar tal cual.
Ya solo queda meter los medallones rebozados
y mantener al fuego cinco minutos.
A comer
Con unas patatas fritas o con un poco de arroz. Si a las patatas fritas se añades una manzana
salteada, no fallaras.
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